Efraín Valencia es un artista nacido en Guadalajara. Desde joven se vinculó a círculos de la vanguardia intelectual de la ciudad, donde se introdujo no sólo a la filosofía social, sino a las expresiones artísticas. Se interesó desde joven por el arte del rotulado y, de allí, descubrió la pasión por expresar las ideas a través de los trazos, los colores, las proporciones y las sombras.

Impresionado por las formas que vuelan en las pinturas del Greco, con sus colores que se alargan a lo alto; pero deslumbrado también por las formas que se apoyan en la precisión del dibujo, como en las máquinas bosquejadas por Leonardo da Vinci, decidió estudiar Artes Visuales en la Universidad de Guadalajara. Allí se destacó por su ojo pictórico, capaz de hallar las proporciones de cuanto le rodeaba e internalizarlas, de modo que no requería de hacer cálculos a la hora de trazar con el pincel o el lápiz.

Fue miembro fundador del grupo artístico Salón 99, con el que expuso en varios centros culturales de Guadalajara y Jalisco.

Tras desarrollar fuertes cimientos en el dibujo, sus técnicas favoritas para expresar sus ideas se volvieron el gis pastel y el óleo. En estas técnicas se caracteriza por manejar una paleta de colores complejos, teniendo una sensibilidad única para hallar en el entorno colores no evidentes y una gran capacidad técnica para reproducirlos mezclando distintos pigmentos.

Efraín Valencia se suma al proyecto Poesía en boca de todos para ilustrar las tazas de la serie «Canto a la caracola», inspiradas en un poema del mismo nombre del libro El agua y las luciérnagas de Héctor Cisneros Vázquez.

Héctor Cisneros Vázquez se inició en el mundo de las letras cuando tenía sólo 16 años. A partir de allí, no volvió a soltar la pluma, la cual concibe como un pincel capaz de pintar no sólo sobre la página en blanco, sino sobre la imaginación del lector. «Posa para mí, / para que vuelva a pintarte con palabras», dice uno de sus versos.

Gran estudioso de la pintura, decidió hacer el salto hacia las artes visuales como una forma de llevar las metáforas que imagina, siempre con una gran fuerza, a una realidad más tangible. Su estilo pictórico, por tanto, altera la realidad y la convierte en algo más; su pincel le otorga valores agregados a las cosas y nos deja sentir los secretos que guarda nuestro entorno. Su pintura es una forma de escuchar y de dar voz a lo que las cosas tienen que decirnos, pues, como cree Héctor Cisneros, todas las cosas hablan, pero no las escuchamos por la prisa. Su demás arte visual, como su fotografía, se detiene hasta descubrir los secretos del instante.

Héctor Cisneros es creador del proyecto Poesía en boca de todos y en él participa ilustrando con su fotografía la serie «Vestigio de las olas», inspirada en su poemario del mismo nombre; con su lápiz da forma a la serie «Café para dos», y con el óleo ilustra el poema  «Oda al estanque».